Tras el éxito cosechado por De mi libreta, puño y letra hemos ampliado el objetivo de la campaña para incluir en la edición páginas a color. MUCHAS GRACIAS MECENAS. FELICIDADES MIRIAM.
BIOGRAFÍA
Mi nombre es Miriam González Guerra. Tuve la gran suerte de nacer en uno de esos archipiélagos perdidos en medio del Atlántico, las Islas Canarias. Más concretamente, en Arucas, Gran Canaria, un 20 de febrero de 1990.
Soy diplomada en Ciencias Empresariales por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Nada que ver con esto de escribir. Lo de escribir comenzó cuando tuve que aprender a redactar y lo cierto es que en ese momento no me parecía precisamente divertido.
Sin embargo, cuando dejó de ser una obligación, descubrí que mientras otros se liberaban de sus fantasmas gritando, leyendo, corriendo, hablando o bailando, yo, sin querer, había decidido hacerlo escribiendo.
Así, aprendí a vaciar mi cabeza y mis ganas en papel. Creo que sin darme cuenta me acogí a lo que yo llamo el movimiento «Siento, luego escribo».
Este es el resultado: De mi libreta, puño y letra.
SINOPSIS
Escribir un resumen de De mi libreta, puño y letra me resulta tan complicado como hacer un resumen de todo lo que en algún momento me ha hecho pensar demasiado. Y además, puntualizo, que nunca se me dio bien eso de resumir.
Este libro recoge todas esas inquietudes, vivencias, sentimientos o pensamientos que llegan a mi cabeza y empiezan a dar vueltas de forma descontrolada dentro de ella hasta que, finalmente, del fuerte mareo, casi por supervivencia, las he tenido que escupir.
El resultado ha sido un conjunto de relatos, microcuentos, notas o simplemente reflexiones que acaban plasmadas en papel de la misma manera que han ido barriendo mi cabeza e inconscientemente también mi corazón.
Este libro es un grito en silencio de todo aquello que muchas veces te he querido gritar a ti o a alguien, al mundo entero, al destino, a la vida, al karma o a mí misma y que, sin embargo, he preferido callar.
Sí, eso es justamente De mi libreta, puño y letra.
EXTRACTO
Microcuento
Tras años coleccionando gaviotas blancas,
pretendiendo demostrar que todas eran iguales,
se cruzó en su camino una gaviota negra,
convirtiendo todo su tiempo ahora en tiempo perdido.Desde entonces anda buscando aquella gaviota,
pues le demostró en segundos lo que no había conseguido en años.
Ella sí merecía su tiempo
y es que no todas eran iguales.
Es encontrarse
Generalmente, definen perderse como un error en el camino escogido y, la verdad, yo creo que perderse es mucho más.
Yo quiero perderme casi de todas las maneras y en todos los lugares en los que uno pueda perderse en esta vida.Y quiero empezar por perderme en las calles, ciudades, países… Quiero perderme en los mapas, en los cinco continentes. Quiero perderme en todos los caminos y, sin embargo, no llegar nunca a Roma. Y encontrar otros lugares.
Me gustaría perderme en la música. En la letra escandalosa de cualquier canción pegadiza o en una de esas profundas que te acarician el alma. Y encontrarme con la mente casi en blanco cantando a gritos y bailando sin complejos, o con el corazón encogido y la piel de gallina.
Quiero perderme una y otra vez en todas estas letras que escribo hasta encontrarme con mis pensamientos. Con todos esos recuerdos que tengo bien escondidos en el cuarto trastero de mi memoria. Ese que siempre está bajo llave.
Quiero perderme en mis sueños cada noche o incluso cada día. Y soñar hasta que el día menos pensado me encuentre despierta viviendo un sueño. Mi sueño, o tal vez nuestro si vienes conmigo.
Quiero equivocarme sin miedo y perderme en mis errores. Y pedir perdón… o tal vez no. Quiero disfrutar de ellos hasta encontrarme con mi arrepentimiento y decirle bien alto y a la cara que, a pesar de todo, lo volvería a hacer. Porque tal vez pueda perderme en un error y que se tercie en acierto.
Quiero acertar al perderme porque al perderme me encuentre. Conmigo o contigo. Tal vez con nosotros.
Yo solo sé que quiero perderme y que, si quieres, puedes perderte conmigo. Que podemos perdernos juntos. Con la única condición de que no me impidas perderme en ti. En tus manos, en tus ojos, en tu espalda, en tus manías… Quiero perderme en tu risa y disfrutarla hasta que choque con la mía. Perderme en tus ideas y tal vez encontrarlas para luego hacerlas mías. Como todo lo demás.
Porque quiero perderme a sabiendas de que, si no soy capaz de encontrarme, sabrás bien dónde buscarme.
#Yallíteespero
HASTA AHÍ PODÍA LEER
Cuando él se fue, decidió cerrar el libro antes de comenzar aquel capítulo.
Puede que no se sintiera con fuerzas para seguir leyendo.
Un día decidió empezar de cero. Así, sentada bajo los sauces del paseo, abría su libro cada tarde.
Le gustaba ver cómo la brisa iba pasando las hojas de una en una, siempre hasta llegar allí: al capítulo 17.
Y así cada tarde intentaba un nuevo comienzo.#Yesperabaimpacienteel18
Fotografías de Imobad Castellano Estévez
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