Querida, querido mecenas. Desde pequeño he sido un apasionado de la agradable tarea de hacer castillos en el aire. Me gusta verlos crecer en imposible verticalidad, desafiando a la gravedad y a los vientos imperantes. Estos, aun no siendo el motivo para su construcción, no son muy visitados. Quedan para muy contadas y esporádicas visitas y para mi propio regocijo. El castillo que te presento a continuación, en forma de audio-libro, contiene toda la pasión que pongo en lo que hago y me encantaría que compartieras conmigo este sueño para convertirlo en una realidad. Gracias por tu apoyo y colaboración. Por cierto, desde el castillo hay muy buenas vistas. ¡Te espero!
